sábado, 6 de octubre de 2012





   Un excelente aliado: el Optimismo

Si quieres conquistar una meta necesitarás no sólo una buena planificación, un conocimiento adecuado y un buen análisis, sino también, y esto es indispensable, una dosis de optimismo.

Optimismo viene de óptimo que significa el mayor grado de perfección de algo. Y el optimista es aquel que siempre percibe lo mejor de cada situación, considerando que lo que está realizando va a tener buenos resultados. Optimista es alguien que ve la vida por el lado luminoso, que prefiere ver las luces y no las sombras, que le da mayor valor a lo favorable antes que a lo adverso. Por eso las personas dotadas de esta cualidad ven lo mejor de cualquier situación y reflejan al mismo tiempo una fe a toda prueba.    

Muchas veces el optimista es visto como soñador y fantasioso. Se dice de él que no percibe las cosas como son sino como quisiera que fuesen, y por lo tanto, carece de la objetividad necesaria para tener una completa visión de la realidad presente y futura. “Tarde o temprano te toparás con la fría realidad”, le dicen.

No obstante, si investigamos sobre la vida de quienes han logrado metas realmente importantes, veremos que eran personas optimistas. Personas que tenían los pies en la tierra pero la mirada elevada hacia el cielo, que tenían una gran fe y se creían capaces de realizar grandes acciones, con el convencimiento de que el éxito coronaría sus planes. Estas personas no dejan de considerar los aspectos negativos o difíciles, sino que, al conocer sus propias fuerzas y recursos, los ponen en acción con la mayor resolución, esfuerzo y trabajo hasta alcanzar la victoria.

El horizonte que divisa el pesimista, en cambio, es opaco y limitado. Ve lo oscuro y negativo minimizando los elementos a favor y maximizando los obstáculos, de forma que pareciera que lo más lógico es renunciar al esfuerzo.

Por ello es bastante raro encontrar un pesimista que haya triunfado, más aún, que se sienta triunfador.

Cómo desarrollar el optimismo y hacerlo nuestro aliado:

1- Conocerse a sí mismo: para saber de qué somos realmente capaces.

2- Descubrir el sentido de nuestra propia vida: mal puede ser optimista quien no ha encontrado la razón de su existencia.

3- Entrenarse en la aplicación de los recursos propios. Entrenan los atletas, entrenan los artistas, entrena todo aquel que busca mejorar sus marcas; naturalmente es imprescindible el entrenamiento en aquel que aspira a metas valiosas. Así iremos descubriendo de qué somos capaces.

4- El filósofo Jorge Ángel Livraga, nos decía: “Os recomiendo triunfar”. Sólo el que triunfa puede ser optimista.

5- Fe en sí mismo: ello solo se logra autoafirmándose en la propia y más profunda realidad en el momento de la acción.

6- Seguir la recomendación del gran estratega Sun Tzu: “Usa tu fuerza ordinaria para combatir; usa tu fuerza extraordinaria para vencer”. 



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