domingo, 9 de octubre de 2011

Editorial nueva acrópolis: Grandes Hondureños: Rafael Heliodoro Valle


Hablar de  Rafael Heliodoro Valle, poeta, historiador, ensayista, bibliógrafo,  periodista y diplomático, es hablar de un tiempo  de la historia literaria de Honduras.  No podemos negar que en su quehacer literario muestra una conciencia de los problemas históricos, dejando entrever el pensamiento del  futuro, y sobre todo ese “ volver ” a su tierra que le  marco un sentido de hondureñidad, evidenciado en sus obras.
La labor bibliográfica de Rafael Heliodoro Valle fue constante. (Hondureño de nacimiento, vivió más de 50 años en México desempeñando una extraordinaria labor humanista, hasta su muerte en 1959). Su producción histórica y literaria fue producto de su incansable labor bibliográfica, investigador por excelencia, supo combinar la diplomacia con el quehacer artístico, porque su obra es eso, una labor creadora que engrandece y prestigia a la tierra que lo vio nacer.
Al fallecer en México el 29 de Julio de 1959, el Presidente López Mateos, haciéndose intérprete del sentimiento nacional, le concedió a título póstumo — por vez primera en la historia mexicana a una persona no nacida en el país, la Orden del Águila Azteca. Fueron muchos años conviviendo con un pueblo agradecido, a quien Valle considero su segunda patria.

Este insigne escritor, a quien Livio Ramírez Lozano, llamó por antonomasia “El Intelectual Hondureño de este Siglo”, nació en Comayagüela el 3 de Junio de 1,891 en su casa paterna, ubicada en la segunda avenida, llamada “La Avenida de los Poetas”, pues allí en esa misma calle nacieron Juan Ramón Molina, Luis Andrés Zúñiga, Alonso A. Brito, Rómulo E. Durón, Salvador Turcios Ramírez y Guillermo Bustillo Reina.
Oscar Acosta cita en su obra “Rafael Heliodoro Valle, vida y obra” , que el poeta mencionaba con frecuencia su casa paterna, como lo vemos en su poema “Navidad en mi país” “En la casa de antaño se veía la cena tradicional ¡Oh casas que al recuerdo acudís! Esto pasó en la infancia y en una noche buena, en la tierra de leche y miel de mi país”. Ese amor telúrico le sustento durante su vida fuera de Honduras, y lo plasmó en todas sus actividades.
Don Oscar Acosta se refiere específicamente a la obra poética en estos términos: “La poesía de Valle, que no es tribunicia, es sin embargo popular. No se puede pedir en las letras hondureñas algo más popular que “Jazmines del cabo” y “Éxtasis Humilde”. Y es una cualidad de Valle: hacer populares poemas perfectos, clásicos, transformándolos por los propios meritos del poema en accesibles a las minorías y las mayorías que quienes subyuga su música y temática”



 Efectivamente, la belleza de sus versos y ritmo verbal combinan rasgos románticos  y modernistas, como se plasma en esta estrofa de “Jazmines del Cabo” : ¿Por qué causas misteriosas, la música de un violín/ o el perfume de un Jazmín nos recuerdan tantas cosas?/sortijas de aguas preciosas//pañuelos de raso y tul,/cartas dentro de un baúl/ valses del tiempo pasado,/ y lo del cuento azulado:/”este era un príncipe azul”/
Intelectual de prestigio y fina expresión literaria, supo conservar su original estilo enriqueciéndolo con lo mejor de las tendencias de diferentes movimientos como el romanticismo siendo casi un adolescente, el modernismo pleno siendo un adulto y el postmodernismo al culminar su fructífera existencia. Esa pureza creadora y esa sensibilidad a flor de piel lo caracterizan como el más grande literato hondureño que ha representado al país dentro y  fuera de sus fronteras.
 Siendo representante diplomático de nuestro país en Philadelphia,(Estados Unidos)  en el año 1,954, Valle escribió uno de los poemas más largos  hermosos que se le hayan ofrendado a Honduras, “El poema de Honduras” Ya con una madurez literaria, su vasto conocimiento humanístico e histórico, permitió que su honrosa pluma dibujara la nostalgia y realidad del país, y mostrara a esta tierra a través de una transparencia incomparable. Veamos un fragmento de la estrofa numero  9: “ ¡Oh Patria, se siempre propicia a tus hijos/ sonríeles y cuéntales tu ambición más humilde/no tu historia hundida en sangre y lagrimas cobardes!  Valle llama a su Madre Tierra para que reciba a sus hijos con amor sin pensar en el pasado sangriento, un renacer del pueblo en una tierra que lo espera llena de esperanza.
Del mismo poema citamos: “ Las silenciosas lagrimas de los mineros/que rescataron plata y recibieron cobre/!oh muertos! Vuestros puños se alzaron sin remedio/”  Valle describe aquí la desigualdad y la explotación de los mineros y el saqueo de los metales preciosos hacia otras tierras, evidenciando su preocupación por esta tierra depredada que ve fugarse sus capitales.
La obra literaria de Valle es enorme: 76 títulos y un total de 93 volúmenes, y en Honduras, solo Don Oscar Acosta ha  realizado un especial trabajo biográfico. El estudio exhaustivo  de la obra de Rafael Heliodoro Valle requiere de un trabajo multidisciplinario que integre todos los ámbitos del contexto hondureño, de nuestra realidad, vale decir de nuestra identidad. Es su obra tan diversa que incluye investigaciones históricas, estudios poligráficos, poemas, prosa, ensayos, apuntes periodísticos y sus inigualables trabajos bibliográficos.



El quehacer bibliográfico de Valle  fue su pasión. En México tuvo la oportunidad de realizarlo, y  durante los 50 años que vivió en ese país, desarrollo una vasta labor. Con la fundación del Instituto Bibliográfico Mexicano a fines del siglo XIX, se da un gran impulso a esta disciplina. En 1,910 desaparece esta institución, pero eminentes polígrafos mexicanos lograron construir una fuerte base de la disciplina bibliográfica, y en este contexto, Rafael Heliodoro Valle se formo, logrando una producción bibliográfica que combino con su labor humanística en pro de la América hispana. Fue tan importante su obra, que a su regreso a México 1,921  se le nombro jefe del Departamento de Bibliotecas de la Secretaria de Educación Pública. En 1,930 aparecen sus primeras aportaciones bibliográficas, seguidas de la primera Bibliografía Mexicana, y posteriormente en 1,934 publica su famosa Bibliografía de don José Cecilio del Valle.
No podemos negar su productiva labor, la universalidad de su obra, y su entrañable amor patrio, características de un hondureño irrepetible.
Es propicio este tiempo cercano del LII aniversario del fallecimiento de Rafael Heliodoro Valle, y de la cercanía de la celebración de nuestra independencia, recordarle a nuestra juventud especialmente, lo que este insigne escritor representa,  y la pasión patriótica pocas veces manifestada en las letras hondureñas, a las que enalteció, dignifico y dio prestigio. No en vano se le llama: “Rafael Heliodoro Valle, escritor de América”. 

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